Receta de empanadillas de lenguado
Volvemos a afrontar la mitad de la semana con energía, y hoy vamos a publicar una receta realmente fácil, perfecta para los más pequeños y que, además, se puede hacer y guardarla para la cena sin ningún problema: empanadillas de lenguado.
Generalmente, el problema de los niños suele ser quitarle las espinas al pescado o la apariencia del mismo, teniendo problemas para ofrecer una dieta rica y variada en verduras y pescados. Por eso, además, esta receta se puede hacer en el horno o fritas, de manera que la primera opción es perfecta para aquellos que quieran cuidar su línea. ¡Esperamos que os gusten!
INGREDIENTES
1 lenguado
1 paquete de obleas grandes de empanadillas
1 cebolleta
1/2 puerro
1 poco de leche
Medio vaso de agua
1 cucharada de harina, aceite y sal
MODO DE ELABORACIÓN
Para empezar, tenemos que sacar los lomos del lenguado, asegurándonos bien de que no tiene ninguna espina. Luego los desmenuzamos y reservamos.
Para empezar, picamos la cebolla muy pequeñita, al igual que el puerro. Una vez hecho esto, ponemos una sartén con dos o tres cucharadas de aceite y pochamos ambas verduras. Cuando ambas consigan un color dorado y ya estén blanditas, añadimos el lenguado y salteamos unos minutos, hasta que el lenguado se haga. ¡Cuidado con que no se nos seque! Debe quedar tierno y jugoso.
Cuando tengamos esto, preparamos la bechamel. ¿Cómo? Bajamos un poco el fuego y añadimos la harina sobre todos nuestros ingredientes. Removemos bien intentando que se integre bien para que no queden grumos y vamos añadiendo la leche poco a poco hasta hacer una bechamel suave.
Para que las empanadillas queden perfectas, es necesario dejar reposar la masa durante al menos una horapara que se enfríe y quede compacta. Luego, rellenamos las empanadillas con una cucharada de la mezcla, y las cerramos bien pegándolas con un poco de agua y presionando con un tenedor.
A partir de este punto podemos freír las empanadillas o hacerlas al horno. Para hacerlas al horno, las posamos sobre un papel de horno y con un pincel, les untamos un poco de huevo batido para aportar brillo. Luego, se dejan en el horno a 190 – 200 grados hasta que estén doradas.
¡Quedan para chuparse los dedos!
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